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Finanzas

Cuando el salario dura menos de 48 horas

La mitad del salario desaparece en los primeros dos días. No por irresponsabilidad, sino porque el costo de vida y las deudas dejan a millones viviendo de quincena en quincena.
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Sebastian Campbell

November 24, 2025

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Para muchas personas, el día de pago trae más alivio emocional que estabilidad financiera. La notificación del salario llega y, casi sin darse cuenta, buena parte del dinero desaparece en cuestión de horas. No es una exageración, una encuesta de Talker Research para la aplicación EarnIn reveló que, en promedio, las personas gastan más del 35 % de su salario en las primeras 12 horas y casi el 50 % en las primeras 48. Es decir, dos días después del pago, la mitad del ingreso ya no existe.

Este patrón no se debe a derroches impulsivos ni compras innecesarias. En la mayoría de casos, el dinero se destina a lo básico: alimentación, alquiler, servicios públicos, deudas acumuladas, pagos de tarjetas o gastos que estaban esperando desde días anteriores. Se paga lo urgente, se cumple con lo mínimo y no queda espacio para ahorrar, invertir o respirar con tranquilidad.

El fenómeno es mucho más amplio de lo que parece. Según Investopedia, para 2025 el 67 % de los estadounidenses afirmaron vivir “de quincena en quincena”, sin margen alguno entre un pago y el siguiente. La realidad es similar en varios países, el aumento del costo de vida, la presión de las deudas y la inflación están drenando la capacidad de planificación financiera de millones de trabajadores.

Entre los más afectados están los jóvenes (para sorpresa de nadie), quienes reportan que, apenas reciben el salario, deben cubrir gastos acumulados o asumir compromisos que no pueden esperar. La sensación de que el dinero se va “antes de tocar la cuenta” se ha vuelto parte del día a día para una generación que enfrenta ingresos estancados y costos crecientes.

Cuando el salario no dura más de 48 horas, el problema no es de disciplina personal. Es el reflejo de un sistema económico en el que el ingreso apenas alcanza para sobrevivir, dejando muy poca estabilidad y prácticamente ningún margen para construir un futuro financiero sólido.